Los pueblos blancos tienen un atractivo especial que a su vez los hace únicos en Andalucía y las razones son muchas. Algo que una persona se da cuenta de ello es por su atmosfera envolvente y señorial de cómo se presentan estos pueblos blancos, hablo de su entorno rural y tradicional en una vista más antigua que contemporánea. A continuación les listamos los pueblos blancos en Andalucía para que conozca del encanto que estas envuelven entre sí al visitante.

Los Pueblos Blancos de Andalucía

Fotografía por Gert Mewes

Estos son los Pueblos Blancos de Andalucía siguientes:

Alozaina:

Alozaina, que significa “pequeña fortaleza”, hace el límite entre la cuenca del Málaga y las montañas. El lugar es rico en restos arqueológicos, el área combina armoniosamente sus campos de olivos, huertos y cultivos de cereales con la majestuosidad de la Sierra Prieta, cuya cima se sitúa en 1.525 metros de altura!

Este pueblo de montaña, repleta de rincones y grietas muestra un sabor marcadamente musulmán, fue el lugar de nacimiento de María Sagredo, la heroína local que defendió Alozaina, cuando los moros intentaron capturarlo lanzando colmenas en los locales, aprovechando un momento en que sólo sus mujeres, niños y ancianos estaban presentes.

El pueblo, históricamente ha sido reconocido como un lugar saludable, además ofrece unas vistas impresionantes, buena comida, alojamientos rurales de alta calidad y una gran cantidad de opciones para aquellos que buscan unas vacaciones activas.

Casarabonela:

Con su mezcla de culturas diferentes. Casarabonela es uno de los mejores ejemplos de Málaga, un pueblo blanco que ha sabido combinar con éxito su pasado musulmán y cristiano, en gran medida en la conservación del diseño urbano original del árabe Casr-Bonaira.

Sus calles empinadas y estrechas son el hogar de una gran cantidad de callejones “sin salida” y en las que la propia calle pasa. El viajero sediento podrá apreciar la fuente con el agua cristalina que se encuentran allí.

Hoy en día, el pueblo fundado por los romanos como Castra Vinaria es un remanso de paz y tranquilidad que alcanza su máximo esplendor cuando estas ofrecen vistas de una alfombra atractiva de fértiles campos salpicados con el blanco brillante de los caseríos. En Casarabonela, los cerros se funden con las calles, el río con la fuente, mientras que en los rincones tranquilos, los ecos de batallas feroces aún resuenan en voz alta, sobre todo en los pobladores cuando traen de recuerdo en su mente el pasado histórico del lugar.

El Burgo:

Este lugar se encuentra rodeado de montañas coronadas por encinas, abetos y pinos españoles. El Burgo se encuentra en una colina, puesta como si fuera de manera desafiante dando cara a la historia que ha visto una gran cantidad de culturas diferentes pasar a lo largo de su historia y que celosamente codician este punto de vista estratégico.

El hogar de los clanes familiares durante la Edad del Cobre, fue aquí y más tarde se construyó lo que se conoce como la Torre de Aníbal, mientras que en la época romana era un puerto obligado para los hombres y de las mercancías por igual antes de convertirse el sitio en un castillo de frontera durante la ocupación árabe.

El río Turón, que tiene su fuente en El Burgo en cuyas aguas ayudan a cultivar los campos de los árboles y los cultivos de cereales y olivos, esto fluye a través de un privilegiado entorno natural que el visitante podrá disfrutar de muestreo, junto con la cocina local y la puesta de sus tradiciones antiguas.

Guaro:

El intenso aroma de los árboles de almendra que llevan flores y rosas blancas son señales de la llegada de la primavera y un buen momento para que el viajero que se aproxima a Guaro llegue a conocer el lugar, este es un bonito pueblo blanco cuya historia se remonta a la Edad del Cobre, testimonio de su privilegiada ubicación.

El escudo de armas del condado de Guaro, deja ver un mazo puesto en lo alto por dos brazos, este símbolo es como testigo del brillante pasado de esta localidad, que fue entregado a los Reyes Católicos tras la captura en 1485. En 1614, se le otorgó la condición del pueblo y se le designó la capital de un condado del mismo nombre por el rey Felipe IV.

Las aguas del río Grande, es el símbolo de la economía local, que sirve para embellecer aún más el pintoresco entorno natural que le espera al visitante que llega al Guaro.

Istán:

En Istán, las calles están dominadas por el sonido del agua que brota de entre las piedras, que fluyen en canales de riego y pasan expuestas delante de fuentes, antes de llenar el embalse que abastece de agua potable a la Costa del Sol.

A pesar de la riqueza del terreno local ya era evidente la llegada de la época romana y luego de los musulmanes que marcaron el comienzo de la edad de oro de este pueblo escondido entre sierras. Antiguamente hubo un comercio de pasas de uva, vino y seda que fueron exportados a toda Europa, además el lugar tenia un sistema de canalización importante de agua que todavía está en uso hoy y sirve de mucho a los granjeros.

En el camino hacia Istán, se encuentra poco después de entrar a la Reserva de la Biosfera, el visitante se dará cuenta de un cambio repentino. Esto se debe a una mezcla sutil de colores en los que los algarrobos, pinos y alcornocales producen una serie de tonos de verde que se complementan con el claro reflejo con el embalse del Río Verde. Esta es una exposición ligera para la vista, y lo mejor es que está a sólo diez minutos de la aldea.

Monda:

A medio camino entre el valle y las montañas, al abrigo del viento por una colina se encuentra el Castillo de la Villeta, la belleza inmensa de Monda se puede ver espectacular desde que se llega al lugar.

En este pueblo blanco de paisajes y leyendas, cuyos otros reconocimientos oficiales incluyen: lugares históricos y lugares de interés cultural, valiosos vestigios de los antiguos habitantes, incluyendo un poblado ibérico, son entre las cosas que todavía abundan aquí.

Monda es también el hogar de los más interesantes restos que han dejado los romanos y el camino medieval que se encuentra en su conjunto en la Sierra de la Nieves. Este se encuentra a unos 700 metros del pueblo en sí, en el Camino de Coín, y compromete tres áreas: la original construcción romana, una sección reparada durante la época medieval y un tercer tramo, más reciente que cuenta con una serie de espacios para acomodar carruajes.

Ojén:

Entre las cordilleras de la Sierra Blanca y la Sierra Alpujata, en una zona de gran riqueza hidráulica, se encuentra Ojén, un lugar pintoresco rodeado de montañas, un pueblo con un fuerte sabor andaluz, el cual es evidente dado el trazado de sus calles, muestra su arquitectura popular y sus abundantes flores.

La antiguas y numerosas cuevas de Ojén por increíble que parezca ha sido el hogar de los colonos, esto ya desde el Neolítico, no fue hasta el siglo X en que las crónicas islámicas se refieren a un pueblo cuyo castillo, ahora destruido, con frecuencia cambiaba de manos a raíz de una serie de levantamientos, rebeliones y conquistas. Fue repoblado por cristianos del Valle del Guadalquivir.

Los Pueblos Blancos

Fotografía por Cayetano

Ojén goza de su bello interior rural con una gran variedad de opciones para el visitante.

Tolox:

En el corazón de la Sierra de las Nieves se encuentra Tolox, un área pintoresca de contrastes con sus casas blancas y rojas montañas que alberga el famoso pico Torrecilla.

Pueblos Blancos

Fotografía por Gert Mewes

Sus orígenes se remontan al Neolítico, como lo demuestra La Tinaja, la cueva en la que los restos de vasijas de cerámica decoradas fueron encontradas. La turbulenta historia del pueblo blanco es evidente en las que se tiene huellas de los pocos sobrevivientes de su patrimonio. Sólo unas pocas referencias en los nombres de las calles nos permiten reconstruir el trazado de lo que fue el castillo, la escena de las rebeliones de moriscos y sangrientos conflictos entre cristianos y musulmanes.

Yunquera:

El lugar tiene la arboleda de pinos más grande del mundo, Yunquera debe su nombre a las grandes cantidades de cañas o juncos que alguna vez estuvieron aquí y que a su vez da testimonio de la abundancia de agua en el pueblo.

Son posiblemente de origen romano, aunque sin rastros de este período esta sigue siendo hoy en día, una zona de gran belleza, fue el hogar de los colonos cristianos antes de la llegada de las tropas bereberes en el siglo VII.

El castillo-fortaleza que una vez dominaba el paisaje de montaña, sólo la torre queda ahora, de aquí se puede tener vistas majestuosas con unas vistas impresionantes de su entorno natural.

Pueblo Blanco de Andalucía

Fotografía por AMMZ

Bienvenido a los Pueblos Blancos de Andalucía!