Si preguntamos a cualquier español en cuanto a la cocina y sobre todo si este vive en Galicia, lo primero que siempre nos dirá serán sus “mariscos”. De los cuales se presentan diversos platos derivados marinos, de las cuales entre la gastronomía y las especialidades regionales está el pulpo a la gallega… (Uhm esto me hace recordar un plato que probé en México, llamado “Pulpo a la Diabla”, del cual no se los recomiendo por nada del mundo, en el primer bocado, necesitaba de emergencia a los bomberos, un plato extremadamente picante).  Disculpen la pausa, bien sigamos… este pulpo de Galicia es servido en una fuente de madera y rociada con aceite de oliva con pimentón y sal gorda.

Tan sólo 20 km tierra adentro, se puede ir a los bares de tapas que se derraman en la acera de la Rúa de Franco en la ciudad vieja. Cestas de almejas, ostras, sepias y calamares compiten por espacio con las langostas, cangrejos y langostinos, y en el estante inferior, la lubina y el rape se encuentran junto a la merluza, el atún y, por supuesto la infaltable sardina.

Los platos principales de la región son el pulpo, Pulpo a la Gallega, este es servido en un plato de percebes de madera rociada con aceite de oliva y espolvoreado con pimienta dulce, y, o percebes. Las comidas típicamente son acompañadas con los infaltables vinos. Por ejemplo están los Albariños (vinos blancos) que tienen la característica de ser frescos, crujientes y secos, manteniendo solo un indicio “frutecido” de los vinos del Rhin. Muchos de los admiradores de este vino, lo catalogan como el mejor de los blancos y se refieren como a los más equilibrados en Europa. Y como si eso no fuera suficiente, la mayoría de los pedidos se sirven con tapas, están con un trozo de pan local crujiente, café y malta.

“Los carnívoros” también están bien atendidos en Santiago de Compostela. Los exuberantes pastizales alrededor de la ciudad producen algunas de las mejores carnes en España. Si tienes hambre, y sin cuentas con suficientes euros, clave sus dientes en un Chuletón de carne de vacuno, literalmente dicho y visto… una “gran tajada”. Una opción más humilde podría ser Raxo, un plato de origen campesino de carne de cerdo picada y frita con especias y servido con patatas. Para completar su comida típica de una manera verdaderamente tradicional en Galicia, puede asentarlo con un buen aguardiente, como el orujo blanco, destilado a partir de la pulpa sobrante de prensado de las uvas “Albariñesas”. El complemento perfecto de las comidas está en el campo, propiamente dicho en el Municipio del Padrón,  famoso por sus pimientos y otros productos perecibles.

Cuando se trata de postre, la ciudad tiene su propia oferta. La no menos conocida Tarta de Santiago (es de almendra). Se vende en todas partes, pero los mejores aún se pueden comprar directamente de las monjas benedictinas en el Convento de Belvís.

Seguramente la larga y rica gastronomía de Galicia da más que hablar… y redactar. Por lo cual nos gustaría saber de su experiencia, y la mejor manera es dejando sus comentarios en el blog. De ante mano se lo agradecemos.