La ciudad sureña española de Sevilla, es una delicia para los viajeros de verdad. La ciudad es bulliciosa, impecable, segura, agradable,  colorida y vibrante. Es lo suficientemente grande como para ofrecer todo tipo de alojamiento (desde el increíblemente opulento Carlos V a los encantadores  B & B, tales como Casa 7 o Taberna del Alabardero), y la elección de los alimentos es positivamente abrumadora.

Fotografía por sirtaky_sid

Sin lugar a dudas, las tapas son el reinado supremo. Las ofertas culinarias se expresan en los peces fritos “pescaitos” además de otras carnes y deliciosos mariscos, si va ir a comer, tenga la certeza de que nada podrá salir mal, así que pida una muestra en cualquier restaurante o bar. Recuerde que al comer un almuerzo se hace en la tarde en España, ello porque la cena se come muy tarde. Por la noche, los restaurantes no se llenan sino hasta las 10 pm o más tarde.

Blog de Villa de Ayora: Dónde comenzar de turismo en Sevilla

La ciudad se presenta como un híbrido de contrastes visibles a cada paso. La plaza de toros se cierne sobre románticos paseos, mientras que los puentes en el Río Guadalquivir se asoman a través de un horizonte de terracota y en donde se pueden apreciar las callejuelas adoquinadas de una de las ciudades más optimistas de Europa.

Fotografía por ArminFlickr

Sevilla es una ciudad para todas las estaciones. Un buen comienzo puede ser hiendo a la Plaza de la Alfalfa o la calle Betis, o disfrutar de la soledad en el Parque de María Luisa. Su cultura se expresa en los numerosos museos y monumentos megalíticos de su pasado.

Conociendo la ciudad de Sevilla

“Romántica”, “extravagante”, “intrigante”… todas estas son palabras que se pueden utilizar para describir a Sevilla, pero también puede ser “salvaje” (sobre todo si piensas en las corridas de toros y el baile del frenético flamenco).

Fotografía por sirtaky_sid

La ciudad de Sevilla, es un híbrido de contrastes visibles a cada paso. La plaza de toros se cierne sobre románticos paseos, mientras que los puentes que ciernen las aguas del Río Guadalquivir, se asoman amenazadoramente a través de su lejano horizonte, el cual contrasta con sus callejuelas adoquinadas que se pueden ver en sus entrañas, que le da uno de los tantos toques de distinción que la hace una de las ciudades más optimistas para los turistas que vienen a conocer Europa o sobre todo España.